El CD Cieza volvió a demostrar que este equipo nunca baja los brazos. En un encuentro muy igualado y disputado hasta el final, los esparteros se impusieron por 1-2 al Deportivo Marítimo en Cartagena, sumando tres puntos fundamentales gracias a los goles de Florián y Garnés. Un triunfo forjado desde la fe y la convicción.
El partido arrancó con intensidad, con ambos equipos tanteándose y midiendo sus fuerzas. El Cieza pronto mostró sus intenciones y a los 28 minutos se adelantó en el marcador con un auténtico golazo de falta directa obra de Florián, que colocó el balón lejos del alcance del portero local. Los rojillos siguieron dominando y rozaron el segundo tanto con un disparo de Samu que se marchó alto por poco antes del descanso.
Tras el paso por vestuarios, el Deportivo Marítimo subió una marcha y logró el empate en una jugada con polémica incluida: el colegiado anuló previamente un tanto al Cieza, y en la siguiente acción, los locales igualaron el marcador.
Los de Ranko no se vinieron abajo. Con personalidad, el Cieza volvió a tomar las riendas del partido y encontró su premio en el minuto 79. Una falta botada con maestría por Camacho fue cabeceada por «Shuriken» Garnés al fondo de la red, desatando la locura en el banquillo espartero.
En los minutos finales, el equipo supo sufrir y manejar el resultado. Los cambios dieron oxígeno y consistencia, y el pitido final certificó una victoria tan sufrida como merecida.
Con este resultado, el CD Cieza sigue creciendo como bloque y deja claro que está preparado para competir en cualquier campo. La fe mueve montañas… y también partidos.